En medio del trajín cotidiano el subterráneo de Estocolmo les regala a sus usuarios una experiencia única por el sólo precio de un billete de metro. En sus recorridos podrá contemplar esculturas, mosaicos, pinturas, instalaciones, inscripciones y relieves que abarcan desde los años 50 hasta la década del 2000.
Con una extensión de 110 kilómetros se incluyen obras de centenares de artistas.
Durante años, en Estocolmo, los partidos políticos en el poder se han esforzado por hacer que el arte esté a disposición del público. Tras la construcción del metro de Estocolmo en los años 50, dicho concepto se hizo finalmente realidad en la estación "T-Centralen" y, hoy en día, puede contemplarse en los azulejos y relieves existentes en las paredes de dicha estación.
El material artístico expuesto en 90 de las 100 estaciones con las que cuenta el metro de Estocolmo es especialmente impresionante debido a su magnitud y variedad, así como por la manera en que interactúa con los diferentes entornos de las estaciones. Existen numerosas muestras notables de ello. Sin ir más lejos, La estación de "Solna Centrum", destaca por su techo cavernoso de color rojo chillón que parece "pesar" sobre el andén. Como contraste, las paredes de la estación representan un bosque de abetos de un kilómetro de largo. Siempre se ha dicho que la belleza depende de quién la mira, pero no cabe duda de que esperar a que llegue un tren en esta y en otras estaciones del metro es algo que se sale de lo común.
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